Lucas 4:14 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor.
4:15 Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.
4:16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
4:17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
4:18 El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
4:19 A predicar el año agradable del Señor.
4:20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
4:21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.
Cuando leemos
en Mateo, nosotros podemos confirmar la declaración de que Dios no
cambia - particularmente en el área de
las finanzas, sobre la que hay amplias escrituras en el Nuevo
Testamento que nos lleva hacia esta conclusión. Primeramente, podemos
ver a este Señor que no cambia, el más claro de todos, cuando vino a
esta tierra en la forma de Jesús - su
vida y ministerio muestran cómo todos aquellos que le
obedecieron, recibieron de El - y a menudo la provisión fue de una
naturaleza espectacular.
En Lucas 4:16,
Jesús se prepara para comenzar su ministerio terrenal y entra en la
sinagoga y aplica una porción del Viejo Testamento a si mismo y a lo
que su ministerio alcanzaría: "El Espíritu del Señor está
sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres". Lucas 4:18.
Consecuentemente,
pareciera que la primerísima cosa de la que habló Jesús concerniente a
su Mesianismo y su ministerio fue que El quería satisfacer las
necesidades de los
pobres. Más adelante, los seguidores de Juan El Bautista
vienen y le preguntan a Jesús si realmente El es el Mesías y Jesús les
confirma que El es; sin embargo, no se los dice directamente sino que
como prueba de que El es el Mesías, comienza a
enumerar lo que El había cumplido.
En Mateo 11:5,
una de las señales que Jesús menciona a los seguidores de Juan El
Bautista para demostrar que El es el Mesías es: "Las buenas nuevas son
anunciadas a los
pobres".
En el principio de su ministerio, su primera señal milagrosa fue convertir el agua en vino en las bodas en Caná de Galilea (Juan 2:11) -
esta
provisión y abundancia demostró su gloria y motivó a los
discípulos a poner su fe en El - pareciera que sus discípulos conocían
que si El era el Mesías, El estaría caracterizado por la provisión y la
prosperidad.
No es lo mismo hoy
cuando los hombres y las mujeres ponen su fe en el real Jesús de la
bondad y la provisión - pero también muy a menudo ¿El no es descrito
como un pobre que les
exige a sus seguidores ser pobres como El? Quizá la falsa
imagen de que para ser un Cristiano uno tiene que ser pobre le ha
impedido a una gran cantidad de gente venir a Jesús y pasar sus vidas
siguiéndole.
Parece que este método
fue ampliamente utilizado por Jesús - antes que nada, El revela su
bondad y su buena voluntad hacia la gente. Esto les lleva a reconocer Su
gloria y Su
majestad, resultando, entonces, que ellos no pueden resistirse
a seguirle - Lucas 5:1-11 revela con exactitud este comportamiento que es empleado por Jesús nuevamente. Después de la fatiga de una dura noche, los
discípulos agotados escuchan la voz del Maestro y la provisión de Jesús es vista en una pesca sobreabundante (Lucas 5:7).
Como resultado de esto, Simón Pedro (y Santiago y Juan), tienen una revelación de Su majestad y su gloria (Lucas 5:8-10)
y consecuentemente aquello que
había sido un simple conocimiento ahora se convierte en un
total abandono y devoción en Jesús. En ambos hechos, la conversión del
agua en vino, y la pesca abundante, Jesús atrajo al pueblo a poner su fe
en El por el despliegue de su complacencia
y habilidad para proveerles abundantemente a ellos.
Realmente, así como
Jesús usó este método al principio de su ministerio para revelar su
propia verdad a sus discípulos y atraerlos a El muy de cerca de su
ministerio terrenal,
El hizo lo mismo otra vez para fortalecer, animar y reafirmar
la fe de sus discípulos. Después de la resurrección (y tres años del
caminar de Jesús), la fe de los discípulos se debilita y vuelven a su
viejo estilo de vida de pescadores (Juan
21:1-30).
Una palabra es dicha por el Maestro y es obedecida. Juan 21:6 muestra a Jesús revelando su bondad a sus discípulos; Juan 21:7
enseña que este acto de provisión significa que los
discípulos, quienes ignoraban previamente quien era Jesús,
instantáneamente percibieron que era el mismo Señor de la gloria.
Finalmente, estos dos pasos tuvieron el mismo efecto que antes -
los discípulos ahora no pueden ayudar, pero le siguen,
atraídos por Su bondad hacia ellos.
De todos los milagros de
Jesús, el único que está registrado en los 4 evangelios es el milagro
de la alimentación de los 5,000. Nuevamente el principio sostiene la
verdad de que
aquellos que siguen a Jesús son abastecidos por él, y así
vemos en Mateo 14:21 que mientras habían
5,000 hombres, también habían mujeres y niños, haciendo un número total
de probablemente más de 10,000 personas.
La misma situación se aplica a la alimentación de los 4,000. Mateo 15:38
revela que habían 4,000 hombres, y de igual manera mujeres y niños, por
lo que no es irrazonable sugerir que el número de personas alimentada
fue el doble.
La provisión de Jesús
para todos aquellos que le siguen se ve de una forma aún más
espectacular cuando Pedro es instruido de que él encontrará el dinero
necesario para pagar
los impuestos, dentro de la boca de un pez (Mateo 17:27).
Aún en la forma más extraña y en las circunstancias más inverosímiles,
la habilidad de Dios para proveer a su pueblo simplemente no puede ser
contenida.
Finalmente, cuando vemos
el interior de la vida de Jesús, podemos ver su estilo de vida más
vívidamente en relación al dinero en el hecho de que El proveyó para sus
discípulos,
y que El hasta tenía una cartera y un tesorero, llamado Judas
Iscariote. De hecho, Juan 12:29 muestra que cuando Judas iba a traicionar a Jesús, algunos de los discípulos pensaron que él iba a darle algo a los pobres
- parece entonces que era una cosa corriente de Jesús instruir a Judas a que les diera a los pobres.
Aún más, se ha
calculado que aproximadamente la mitad de las parábolas que dijo Jesús
son en relación al dinero - Da la impresión que el dinero es un área de
tal
importancia que el Hijo de Dios tuvo mucho que decir acerca de
él.
En particular, la parábola de los Talentos (Mateo 25:14-30) y la parábola de las minas (Lucas 19:12-27)
proveen una severa
lectura sobre la actitud de Jesús acerca de la riqueza y su
creación y la pobreza. En ambas parábolas, la persona que había hecho
una prudente y buena administración del dinero y había buscado cómo
usar sabiamente el dinero que se le
había encomendado, fue la que recibió el elogio y la
afirmación del Maestro.
Recíprocamente, la persona que no hizo ningún esfuerzo para
multiplicar el dinero dado a él y buscar su propia prosperidad por
consideración al Maestro, es la que en ambas parábolas recibe una
cruda reprimenda. Claramente, Jesús está esperando que nosotros seamos
activos en poner a trabajar el dinero que El nos ha confiado para que
ganemos aún más y que, entonces, podamos invertir en Su Reino.
De esta
forma, por último, ¿no podemos abandonarnos en la bondad de Jesús y
decir que si El puede proveer dinero en la boca de los peces para
pagar los impuestos de los paganos, cuanto más puede El proveer dinero
para bendecirnos con un estilo de vida aceptable y tener dinero extra
para dar y ver hombres y mujeres salvados del infierno?
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