miércoles, 19 de octubre de 2011

HACIA CRISTO


HACIA CRISTO..
Marcos 1:45  Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.
Cristo fue un centro de poderosa atracción durante su vida. Lo es aún, y más
poderoso. Su influencia es inevitable, aun cuando los hombres la resistan con
tanta frecuencia. Hoy, como entonces, acuden a él de todas partes.
Consideremos:

I. Las gentes que experimentan su atracción
1. Toda Palestina estaba allí representada: Galilea, Judea, Samaria, Perea, y
aún más allá; de Fenicia, de Siria. Nunca otro profeta había conmovido tan
hondamente a todo el pueblo, ni aun Juan el Bautista.

2. De todas las naciones han venido y vienen a él. Se ha sentido su influencia en
todas partes donde se ha predicado el evangelio. Países civilizados o bárbaros.
De todas las razas y latitudes. Ninguna nación ha sido refractaria a su influencia.
¡Admirable! De la raza más exclusiva vino el Maestro de las naciones.

3. Todos los grupos sociales han experimentado su atracción. Así fue entonces:
entre los apóstoles; Nicodemo y Mateo; judíos y samaritanos; la mujer noble y
la perdida. Así es hoy: ricos y pobres, sabios y analfabetos; comerciantes,
industriales, profesionistas, obreros:

4. En todas las edades de la vida se siente su influencia; niños, jóvenes y viejos.
Su atracción aumenta en vez de disminuir.

II. El secreto de su atracción
1. Su poder. Venían a él los enfermos sabiendo que los sanaría. Su poder no ha
disminuido para salvar, para ayudar. ¡Cuántos han recibido el beneficio de su
poder!

2. Su pureza. Sólo los demonios abominaban su santidad. ¡Desdichado del que
ya no siente el atractivo de su santidad!

3. Su palabra. “Tú tienes palabras de vida eterna.” Son palabras de Dios.
“Nadie ha hablado como éste habla.”

4. Su pasión. “Si fuere levantado, a todos atraeré a mí mismo.” Su cruz es su
trono. Es que en ella se revela su amor infinito.

III. Los resultados de su atracción
1. Su atracción puede ser resistida y nulificada. Así puede resistirse la fuerza de
gravedad; se pueden evitar los rayos del sol. No hay peor insensatez. Es la
mayor condenación.
2. Los que sinceramente ceden a esa atracción, experimentan una completa
transformación en su vida. En él hallarán perdón, descanso, paz, vida, gozo,
poder, fuerza, etc. Así fueron transformados Pedro, Mateo, Zaqueo, Saulo.
Cristo atrae para bendecir. Es lo que él quiere. El mundo ha experimentado los
beneficios de su influencia incomparable.
Conclusión:
¿Te sientes atraído hacia Cristo? ¿Por qué? No resistas tal atracción. ¿Qué has
hallado en Jesús? ¿Qué efecto ha tenido su influencia en tu vida? Ven a Cristo:
como estés; de donde estés.



DIOS TE BENDIGA.

Por ERNESTO BAROCIO







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