jueves, 8 de noviembre de 2012

CONOCIENDO UN POQUITO DEL TEMA PRINCIPAL DE CADA LIBRO DEL ANTIGUO TESTAMENTO.

CONOCIENDO UN POQUITO DEL TEMA PRINCIPAL DE CADA LIBRO DEL ANTIGUO TESTAMENTO.

GÉNESIS
Génesis es un nombre tomado del griego; significa “el libro de la generación o los orígenes”; se
llama así apropiadamente pues contiene el relato del origen de todas las cosas. No hay otra historia
tan antigua. Nada hay dentro del libro más antiguo que existe que lo contradiga; por el contrario,
muchas cosas narradas por los escritores paganos más antiguos, o que se pueden descubrir en las
costumbres de naciones diferentes, confirman lo relatado en el libro del Génesis.

ÉXODO
El Libro del Éxodo narra la formación de los hijos de Israel en iglesia y nación. Hasta aquí
hemos visto la religión verdadera en la vida doméstica; ahora, empezamos a ver sus efectos en los
asuntos de reinos y naciones. Éxodo significa “la salida” siendo el hecho principal aquí registrado la
salida de Israel de Egipto y de la esclavitud egipcia. Señala claramente el cumplimiento de diversas
promesas y profecías hechas a Abraham respecto de su simiente y establece proféticamente la
situación de la iglesia en el desierto de este mundo hasta su llegada a la Canaán celestial, el reposo
eterno.

LEVÍTICO
Dios ordenó diversas clases de oblaciones y sacrificios para asegurar a su pueblo el perdón de
sus ofensas, si los ofrecían con verdadera fe y obediencia. También designó sacerdotes y levitas, sus
atuendos, oficios, conducta y porción. Señaló las fiestas que debían observar y en qué épocas.
Declaró por medio de los sacrificios y ceremonias que la paga del pecado es muerte y que sin la
sangre de Cristo, el inocente Cordero de Dios, no puede haber perdón de pecados.

NÚMEROS
Este libro se llama NÚMEROS debido a los censos del pueblo que contiene. Va desde la entrega
de la ley en el Sinaí hasta su llegada a las llanuras del Jordán. Se da cuenta de sus quejas e
incredulidad por lo que fueron sentenciados a vagar por el desierto durante casi cuarenta años;
también, habla de algunas leyes, ceremoniales y morales. Las pruebas del pueblo tienden
marcadamente a distinguir los malos e hipócritas de los siervos fieles y verdaderos de Dios que le
sirvieron con corazón puro.

DEUTERONOMIO
Este libro repite gran parte de la historia y leyes contenidas en los tres anteriores. Moisés lo dio a
Israel poco antes de morir, por transmisión oral para que los conmoviera y por escrito para que
permaneciera. Los hombres de la generación a la que se dio originalmente la ley, ya estaban todos
muertos y había surgido una nueva generación a la cual plugo a Dios que Moisés se la repitiera
ahora, cuando iban a tomar posesión de la tierra de Canaán. El amor maravilloso de Dios por su
iglesia queda estipulado en este libro; cómo preservó a su iglesia gracias a su misericordia y haría
que todavía su nombre fuese invocado entre ellos. Tales son las líneas generales de este libro, cuyo
todo muestra el amor de Moisés por Israel y lo señala como tipo eminente del Señor Jesucristo.
Apliquemos a nuestra conciencia sus exhortaciones y persuaciones para estimular nuestra mente a la
obediencia agradecida y fiel a los mandamientos de Dios.

JOSUÉ
Esta es la historia de la entrada de Israel al territorio de Canaán, conquistándolo y dividiéndolo,
bajo las órdenes de Josué, y la historia de ellos hasta la muerte de éste. El poder y la verdad de Dios
son desplegados maravillosamente al cumplir Sus promesas a Israel y ejecutar Su venganza de los
cananeos, justamente amenazada. Esto debe enseñarnos a tomar en cuenta las tremendas maldiciones
estipuladas en la palabra de Dios contra los pecadores impenitentes y a buscar refugio en Cristo
Jesús.

JUECES
El libro de los Jueces es la historia de Israel durante el gobierno de los jueces, que fueron
libertadores ocasionales que Dios levantaba para rescatar a Israel de sus opresores, para reformar el
estado de la religión y para administrar justicia al pueblo. El estado del pueblo de Dios no parece ser
muy próspero en este libro, ni su carácter muy religioso como hubiera sido de esperarse; pero había
muchos creyentes entre ellos y el servicio del tabernáculo era atendido. La historia ejemplifica las
frecuentes advertencias y predicciones de Moisés, y merece tomarse con profunda atención. Todo el
libro está lleno de importantes enseñanzas.

RUT
En este libro encontramos ejemplos excelentes de fe, piedad, paciencia, humildad, laboriosidad,
y benignidad, en los hechos comunes de la vida. Vemos también el cuidado especial que la
providencia de Dios tiene de nuestros intereses más pequeños, alentándonos a confiar plenamente en
Él. Podemos ver este libro como una bella, por lo natural, representación de la vida humana; como
un detalle curioso de hechos importantes y como parte del plan de redención.

PRIMERA DE SAMUEL
En este libro tenemos el relato acerca de Elí, y de la maldad de sus hijos; también de Samuel, su
carácter y sus hechos. Después narra el nombramiento de Saúl como rey de Israel, y de su mala
conducta hasta que su muerte dio lugar a la ascensión de David al trono, que fue un tipo prominente
de Cristo. La paciencia, modestia, constancia de David y el ser perseguido por enemigos francos y
amigos fingidos, son un patrón ejemplar para la iglesia y para cada miembro suyo. Muchas cosas de
este libro estimulan la fe, la esperanza y la paciencia del creyente que sufre. Contiene también
muchos consejos útiles y advertencias espantosas.

SEGUNDA DE SAMUEL
Este libro es la historia del reinado de David. Relata sus victorias, el aumento de la prosperidad
de Israel y la reforma que hizo del estado de la religión. Junto con estos hechos se registran los
pecados aborrecibles que cometió y los problemas familiares y públicos con que fue castigado. Aquí
hallamos muchas cosas dignas de imitar, pero muchas quedan escritas como advertencia. La historia
del rey David se da en la Escritura con mucha fidelidad, de la cual se revela que era un hombre
bueno y grande, para quienes ponen en la balanza sus muchas virtudes y cualidades excelentes, y sus
faltas.

PRIMERA DE REYES y SEGUNDA DE REYES
La historia que ahora tenemos por delante explica los asuntos de los reinos de Judá e Israel,
aunque con especial consideración del reino de Dios entre ellos; porque es historia sagrada. Es
anterior en el tiempo, enseña más, y es más interesante que cualquiera de las historias corrientes.

 PRIMERA DE CRÓNICAS y SEGUNDA DE CRÓNICAS
Los libros de las Crónicas son, en gran medida, repeticiones de lo que se relata en los libros de
Samuel y de los Reyes, aunque hay aquí algunas cosas excelentes y útiles que no hallamos en otra
parte. El Primer libro narra el origen del pueblo judío a partir de Adán y, luego, da cuenta del reino
de David. La narración continúa en el Segundo libro con el desarrollo y final del reino de Judá;
también se comenta el regreso de los judíos del cautiverio en Babilonia. Jerónimo dice que se engaña
el que crea que conoce las Escrituras sin estar familiarizado con los libros de las Crónicas, donde se
hallan hechos históricos y nombres que, en otras partes, se pasan por alto, y se encuentra la conexión
de pasajes y se explican muchas preguntas referentes al evangelio

 ESDRAS
La historia de este libro es el cumplimiento de la profecía de Jeremías en cuanto al regreso de los
judíos desde Babilonia. De su contenido aprendemos especialmente que toda buena obra tendrá
oposición de parte de los enemigos, y será pejudicada por la mala conducta de los amigos; pero Dios
hará que su causa prevalezca a pesar de todos los obstáculos y adversarios. La restauración de los
judíos fue un suceso de la más elevada consecuencia, que resultó en la conservación de la religión en
el mundo, y ayudó a preparar el camino para la manifestación del Gran Libertador, el Señor
Jesucristo.

 NEHEMÍAS
La historia del Antiguo Testamento se cierra con el libro de Nehemías en el cual se registran las
obras de su corazón en la administración de los asuntos públicos, con muchas reflexiones devotas.

 ESTER
En este libro encontramos que hasta los judíos diseminados en las provincias de los paganos,
fueron cuidados y maravillosamente preservados cuando fueron amenazados por la destrucción.
Aunque el nombre de Dios no se menciona en este libro, el dedo de Dios se advierte en los sucesos
mínimos que ocasionan la liberación de su pueblo. Esta historia se ubica entre los capítulos vi y vii
de Esdras.

 JOB
Este libro se llama así por Job, cuya prosperidad, aflicciones y restauración se registran aquí. Él
vivió poco después de Abraham o, quizá, antes de ese patriarca. Muy probablemente haya sido
escrito por el mismo Job, y es el libro más antiguo que existe. Las instrucciones que se deben
aprender de la paciencia de Job y de sus pruebas, son tan útiles ahora, y tanto más necesarias, como
siempre. Vivimos bajo la misma Providencia, tenemos el mismo Padre que disciplina, y existe la
misma necesidad de corrección para justicia. La fortaleza y la paciencia de Job, aunque no pocas,
cedieron en sus graves problemas pero su fe estaba fijada en la venida de su Redentor, y esto le dio
firmeza y constancia aunque toda otra dependencia, en particular el orgullo y la jactancia de un
espíritu de justicia propia, fueron probados y consumidos. Otra gran doctrina de la fe,
particularmente establecida en el libro de Job, es la de la Providencia. De esta historia queda claro
que el Señor cuidaba a su siervo Job con el afecto de un padre sabio y amante.

 SALMOS
David es el autor de la mayoría de los salmos, pero evidentemente, algunos fueron compuestos
por otros escritores, y aun se duda de quién fue el autor de algunos salmos. No obstante, todos
fueron escritos por inspiración del Espíritu Santo. Ninguna otra parte del Antiguo Testamento es más
frecuentemente citada o referida en el Nuevo Testamento que esta. Cada salmo apunta directamente
a Cristo, sea a su Persona, y su carácter u oficios o puede dirigir hacia Él los pensamientos del
creyente. Los salmos son el lenguaje del corazón del creyente, sea para lamentarse por el pecado,
para expresar la sed de Dios o regocijarse en Él. Sea que estén cargados de aflicción, luchen con la
tentación o triunfen en la esperanza o gozo de la liberación; sea que admiren las perfecciones
divinas, agradezcan a Dios sus misericordias, mediten en sus verdades o se deleiten en su servicio,
forman una norma de vida divinamente establecida por la cual podemos juzgarnos a nosotros
mismos. El valor de ellos, desde este punto de vista, es muy grande, y su uso aumentará con el
crecimiento del poder de la verdadera religión en el corazón. El Espíritu nos ayuda a orar usando las
expresiones del salmista. Si nos familiarizamos con los salmos, en todo lo que pidamos ante el trono
de la gracia, confesión, petición o acción de gracias, podemos ser asistidos por ellos. Cualquiera sea
la devota emoción que nos embarga, un deseo piadoso o una esperanza santa, tristeza o gozo, en los
salmos podemos encontrar las palabras para revestirla, un hablar sano que no puede ser condenado.
En el lenguaje de este libro divino se han elevado al trono de la gracia las oraciones y las alabanzas
de la iglesia cada siglo.

PROVERBIOS.
El tema de este libro puede expresarse ampliando los versículos iniciales. —1. Los Proverbios de
Salomón, el hijo de David, rey de Israel. —2. Que tratan del conocimiento de la sabiduría, de la
piedad con Dios, de instrucción y disciplina moral, de entender los consejos prudentes y sabios. —3.
Que tratan del logro de la instrucción en sabiduría, la cual sabiduría, debe demostrarse en la
conducta de la vida, y consiste en justicia acerca de nosotros mismos, juicio para obedecer los
estatutos y ordenanzas de Dios y en equidad hacia nuestro prójimo. —4. Que tratan de dar al simple
sagacidad para descubrir lo bueno, supliendo los principios justos y criterios correctos de virtud y
vicio; y al joven dan conocimiento para que no cometa yerros por ignorancia; y discreción para que
al sopesar bien estos preceptos, no cometa yerros por obstinación. —Tómese los proverbios de otra
nación y hallaremos grandes cantidades fundamentadas en el egoísmo, la astucia, el orgullo, la
injusticia, el desdén nacional y las animosidades. Los principios de los Proverbios de Salomón son la
piedad, la caridad, la justicia, la benevolencia y la prudencia verdadera. Su pureza universal
demuestra que son la palabra de Dios.

 ECLESIASTÉS
El nombre de este libro significa “El Predicador”. La sabiduría de Dios nos es predicada aquí,
por medio de Salomón, que es evidentemente el autor. Al terminar su vida, convencido de su pecado
y necedad, él narra aquí, en el libro de su arrepentimiento, su experiencia para provecho del prójimo;
y declara que todo bien terrenal es “vanidad y aflicción de espíritu”. Nos convence de la vanidad del
mundo, y que no puede hacernos felices; de la vileza del pecado, y de su tendencia certera a
hacernos desgraciados. Nos muestra que ningún bien creado puede satisfacer al alma, y que la
felicidad ha de hallarse en Dios solo; y esta doctrina debe guiar al corazón hacia Cristo Jesús, bajo la
enseñanza del bendito Espíritu.

CANTAR DE LOS CANTARESDE
SALOMÓN
Este libro es una alegoría divina que representa el amor entre Cristo y la Iglesia de los creyentes
verdaderos, con figuras tomadas de la relación y afecto que existe entre un marido y su mujer; un
emblema a menudo empleado en la Escritura para describir la relación más íntima, más firme y
segura: véase Salmo xlv; Isaías liv, 5, 6.; lxii, 5; Jeremías ii, 2; iii, 1; también en Ezequiel, Oseas y
de nuestro mismo Señor, Mateo ix, 15; xxv, 1: véase también Apocalipsis xxi, 2, 9; Efesios v, 27. No
hay carácter en la Iglesia de Cristo y ninguna situación en que el creyente sea puesto, que no se
pueda buscar en este libro, como hallarán los escudriñadores humildes, al compararlo con otros
pasajes, con la ayuda de Dios Espíritu Santo, y en respuesta a sus súplicas. Sin embargo, gran parte
del lenguaje ha sido malentendido por los expositores y los traductores. La diferencia entre los usos
y costumbres de Europa y Oriente, debe tenerse especialmente en consideración. La poca
familiaridad con las costumbres orientales de la gran mayoría de nuestros primeros expositores y
traductores ha impedido, en muchos casos, la traducción correcta. Además, los cambios ocurridos en
nuestro propio idioma los últimos dos o tres siglos, afectan la manera en que se entienden algunas
expresiones y no deben juzgarse por las nociones modernas. Pero el bosquejo en general,
correctamente interpretado, concuerda plenamente con los afectos y experiencias del cristiano
sincero.

ISAÍAS
Isaías profetizó durante los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías. Bien se le llama el
profeta evangelista dadas sus numerosas profecías acerca de la venida, el carácter, el ministerio y la
predicación, los sufrimientos y la muerte del Mesías, y la extensión y continuación de su reino. Bajo
el velo de la liberación del cautiverio en Babilonia, Isaías apunta a una liberación mucho mayor, que
iba a ser efectuada por el Mesías; rara vez menciona una sin aludir al mismo tiempo a la otra; sí, a
menudo está tan arrobado con la perspectiva de la liberación más distante que pierde de vista la
cercana para dedicarse a la persona, oficio, carácter y reinado del Mesías.

JEREMÍAS
Jeremías era un sacerdote, nacido en Anatot, de la tribu de Benjamín. Fue llamado al oficio
profético siendo muy joven, unos setenta años después de la muerte de Isaías, y lo ejerció durante
unos cuarenta años con gran fidelidad, hasta que los pecados de la nación judía completaron su
medida y vino la destrucción. Las profecías de Jeremías no están ordenadas como fueron entregadas.
Blayney se ha propuesto arreglarlas en un orden más regular, a saber, los capítulos 1 al 20, 22, 23,
25, 26, 35, 36, 45, 24, 29, 30, 31, 27, 28, 21, 34, 37, 32, 33, 38, 39 (versículos 15—18; versículos
1—14) 40 al 44, 46 al 52. El tema general de sus profecías es la idolatría y otros pecados de los
judíos; el juicio por el cual eran amenazados, con referencias a su futura restauración y liberación, y
promesas del Mesías. Son notables por las reprensiones fieles y sencillas, las amonestaciones
afectuosas y las advertencias solemnes.

LAMENTACIONES
Es evidente que Jeremías fue el autor de las Lamentaciones, que lleva su nombre. El libro no fue
escrito sino después de la destrucción de Jerusalén por los caldeos. Que seamos guiados a considerar
el pecado como la causa de todas nuestras calamidades, y estando en pruebas, ejerzamos sumisión,
arrepentimiento, fe y oración, con la esperanza de la liberación prometida por medio de la
misericordia de Dios.

 EZEQUIEL
Ezequiel fue uno de los sacerdotes; fue llevado al cautiverio a Caldea con Joaquín. Todas sus
profecías fueron entregadas en ese país, en alguna parte en el norte de Babilonia. Su principal
objetivo era consolar a sus hermanos cautivos. Se le manda que advierta de las calamidades
espantosas que vienen a Judea, particularmente a los profetas falsos y a las naciones vecinas.
También, para anunciar la restauración futura de Israel y Judá de sus varias dispersiones y su estado
de dicha en sus días postreros, bajo el Mesías. Hay mucho de Cristo en este libro, especialmente en
la conclusión.

 DANIEL
Daniel fue de noble cuna, si es que no era de la familia real de Judá. En su juventud fue llevado
al cautiverio en Babilonia, en el cuarto año del reinado de Joaquín, 606 a. C. Allá le enseñaron la
ciencia de los caldeos, y tuvo altos cargos en el imperio babilónico y en el persa. Fue perseguido por
su religión, pero fue milagrosamente librado, y vivió hasta edad avanzada, y debe de haber tenido
alrededor de noventa y cuatro años en la época de la última de sus visiones. El libro de Daniel es en
parte histórico, porque narra varias circunstancias acaecidas a él y a los judíos en Babilonia, pero es
principalmente profético detallando visiones y profecías que anuncian muchos sucesos importantes
referidos a los cuatro grandes imperios del mundo, a la venida y la muerte del Mesías, a la
restauración de los judíos y a la conversión de los gentiles. Aunque hay considerables dificultades
para explicar el significado profético de algunos pasajes de este libro, siempre hallamos aliento para
la fe y la esperanza, ejemplos dignos de imitar y algo para dirigir nuestros pensamientos a Cristo
Jesús en la cruz y en su trono glorioso.

 OSEAS
Se supone que Oseas era del reino de Israel. Vivió y profetizó durante un largo período. El
alcance de sus predicciones parece ser, detectar, reprender y convencer de sus muchos pecados a la
nación judía en general, y a los israelitas en particular, y especialmente la idolatría; también se
comenta el estado corrupto del reino. Pero los invita a arrepentirse con promesas de misericordia y
predicciones del evangelio en cuanto a la restauración futura de los israelitas y de los judíos, y su
final conversión al cristianismo.

 JOEL
De las desolaciones que estaban por venir a la tierra de Judá, por las devastaciones de las
langostas y otros insectos, el profeta Joel exhorta a los judíos al arrepentimiento, al ayuno y la
oración. Destaca las bendiciones del evangelio con el estado glorioso final de la Iglesia.

 AMÓS
Amós era un pastor dedicado a la agricultura, pero el mismo Espíritu divino influyó a Isaías y
Daniel en la corte, y a Amós en los rebaños de ovejas, dando a cada uno los poderes y elocuencia
necesarios para ellos. Asegura a las doce tribus la destrucción de las naciones vecinas; como ellos,
en aquel tiempo, se habían dado a la iniquidad e idolatría, reprende con severidad a la nación judía y
describe la restauración de la Iglesia por el Mesías, extendiéndola a los últimos días.

ABDÍAS
La primera parte anuncia la destrucción de Edom, deteniéndose en las injurias que les infligieron
a los judíos. La segunda predice la restauración de los judíos y las glorias posteriores de la Iglesia.

JONÁS
Jonás era nativo de Galilea, 2 Reyes xiv, 25. Su liberación milagrosa del pez lo hizo tipo de
nuestro bendito Señor que, como para mostrar la verdad certera de la narración, lo menciona. Todo
lo hecho fue fácil para la omnipotencia del Autor y Sostenedor de la vida. Este libro nos muestra, por
el ejemplo de los ninivitas, cuán grande es la paciencia y la tolerancia divina para con los pecadores.
Muestra un contraste muy marcado entre la bondad y misericordia de Dios y la rebeldía, impaciencia
y belicosidad de su siervo; y se entenderá mejor por los que conozcan bien sus propios corazones.

 MIQUEAS
Miqueas fue levantado para apoyar a Isaías y confirmar sus predicciones, mientras invitaba al
arrepentimiento, por los juicios amenazados y las prometidas misericordias. Un pasaje muy notable,
capítulo v, contiene un resumen de profecías referidas al Mesías.

NAHUM
Este profeta anuncia la segura e inminente destrucción del imperio asirio, en particular de
Nínive, que es descrita muy minuciosamente. Junto con esto hay consuelo para sus compatriotas,
exhortándolos a confiar en Dios.

HABACUC
El tema de esta profecía es la destrucción de Judea y Jerusalén por los pecados del pueblo, y el
consuelo de los fieles sometidos a las calamidades nacionales.

SOFONÍAS
Sofonías insta al arrepentimiento, predice la destrucción de los enemigos de los judíos, y
consuela al justo que hay entre ellos con promesas de bendiciones futuras, la restauración de su
nación, y la prosperidad de la Iglesia en los postreros tiempos.

HAGEO
Después del retorno desde el cautiverio, Hageo fue enviado a exhortar al pueblo para que
reconstruyera el templo y para reprobar la negligencia de ellos. Para exhortar su empresa, le asegura
al pueblo que la gloria del segundo templo excederá mucho a la del primero por manifestarse ahí
Cristo, el Deseado de todas las naciones.

ZACARÍAS
Esta profecía es adecuada para todos, porque su objetivo es reprender por el pecado, anunciar los
juicios de Dios contra el impenitente, y exhortar a los que temen a Dios con las seguridades de la
misericordia que Dios tiene reservadas para su Iglesia, y especialmente de la venida del Mesías, y el
establecimiento de su reino en el mundo.

MALAQUÍAS
Malaquías fue el último de los profetas y se supone que profetizó en el 420 a. C. Reprende a los
sacerdotes y al pueblo por las malas costumbres en que habían caído, y les invita al arrepentimiento
y a la reforma, con promesas de bendiciones que serán impartidas cuando venga el Mesías. Ahora
que la profecía iba a cesar, habla claramente del Mesías, como que está muy cerca, y manda al
pueblo de Dios que siga recordando la ley de Moisés mientras esperan el evangelio de Cristo.


















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