jueves, 25 de agosto de 2011

Baja Autoestima y Culpa Falsa Por Bernardo Stamateas


 
Baja Autoestima y Culpa Falsa 
¿Dónde nace la baja autoestima? ¿Cómo darnos cuenta de que tenemos baja autoestima? ¿Cómo superar la baja autoestima?
Los pensamientos de baja estima enferman nuestras emociones, ya que todos tenemos una manera de vernos y esa imagen la reflejamos en todas nuestras relaciones interpersonales.
La autoestima tiene su origen en la forma como nos vieron y palabras que nos dijeron personas que han tenido roles de autoridad en nuestras vidas. De ese modo, se va formando nuestra percepción acerca de nosotros mismos.
Los factores que pueden afectar la autoestima son los rótulos, las maldiciones y la auto imagen negativa.
Los rótulos son palabras, sobrenombres, con los cuales destacaron algo negativo de nosotros.
Las maldiciones son frases que nos han dicho y que nos condicionaron a pensar de una forma negativa acerca de nosotros mismos.
La autoimagen negativa (Proverbios 23:7) se refiere a lo que pensamos acerca de nosotros mismos y esto es lo que luego nos decimos, la forma en que nos tratamos, nuestras comparaciones con otros, etc.

Hay señales que muestran baja estima, lo podemos ver en quienes poseen ciertas características o actitudes particulares, como llamar la atención, orgullo, aislamiento, fobias, miedos, temor a equivocarse, temor a las burlas, temor al ridículo. Sabemos que el origen de estas actitudes es el temor al abandono y la falta de demostración de afecto por parte de sus padres.
La buena noticia es que podemos ser sanos de la baja autoestima, conociendo y comenzando a confesar cómo nos ve Dios: ungidos, llenos del Espíritu Santo, amados, perdonados y justificados por la sangre de Cristo. Debemos recibir en nuestro espíritu lo que dice Dios de nosotros, creerlo y declararlo con nuestras palabras.
Nuestra imagen se forma a partir de cómo nos vieron otros.
¡El desafío es vernos como nos ve Dios!

LA CULPA
¿Cómo opera la culpa?¿Qué es la culpa falsa y cuál es su origen? ¿Cómo podemos distinguir las acusaciones del enemigo?

Los sentimientos de culpa también enferman nuestras emociones. La culpa opera a través de nuestra conciencia; es un sentir de que hicimos algo malo, y en nuestro interior reclamamos castigo por haberlo hecho.
Culpa falsa es cuando violamos una norma que nos transmitió alguna persona, sea de nuestra familia, amigos, padres, etc. Sentimos que hemos fallado o pecado cuando en realidad fallamos a una norma o enseñanza que no está de acuerdo a la palabra de Dios sino que muchas veces proviene de exigencias y autoritarismo. Básicamente la mayor parte de los casos de culpa falsa nacen de manipulaciones.
Quienes recibieron estos mandatos se sienten culpables y con un gran sentimiento de inseguridad porque sienten que nunca podrán satisfacer los requerimientos o exigencias recibidas.
Las personas que poseen culpa falsa suelen mostrar masoquismo, amargura, egoísmo, etc.
Uno de nuestros errores más frecuentes en relación con la culpa es tomar la opción de no congregarnos. Muchas veces tratamos de aliviar las culpas que sentimos por nuestros pecados dejando de asistir a la iglesia, pensamos de ese modo evitar la culpa y la vergüenza que sentimos, cuando en realidad es allí cuando necesitamos congregarnos más que nunca.

Otro de nuestros errores es no comprometernos con el servicio a Dios diciendo que no nos sentimos aptos o no estar preparados. Cuando en realidad en estas ocasiones estamos utilizando excusas para no servir a Dios porque no deseamos comprometernos con el llamado que Él nos hizo, necesitamos ser sinceros en este sentido.
Estas situaciones han estado colocando vendas en nuestra vida cristiana por muchos años, no hemos podido ver que necesitamos tomar la decisión de cumplir con el propósito de Dios para nuestras vidas.
Es importante que distingamos que cuando el Espíritu Santo nos convence de pecado, debemos correr a su gracia y confesar nuestros pecados ante Él.
El Espíritu Santo nos impulsa a buscar rápidamente la confesión (1Juan 1:9).
El poder disfrutar del perdón y la restauración es un regalo de la gracia de Dios a través de la obra redentora de Jesucristo. No debemos permitir que el acusador venga a recordarnos nada.

Finalmente, la victoria que Dios nos da frente a nuestros pecados y heridas también tiene como propósito que al ser restaurados podamos ayudar a otros, debemos crecer en esa área donde fuimos sanados y perdonados dejando que Dios trabaje en nuestro corazón.

Debemos ser concientes de que cometeremos errores siempre, pero también debemos ser sabios y entender que lo importante no es no equivocarnos nunca sino cuánto tiempo permanecemos caídos luego de cada error.
No nos dejemos detener por la culpa falsa.

Si este tema te ha servido para conocerte más y cambiar cosas en Tu vida, escríbeme tus comentarios a iglesia@presenciadedios.com
Pastor Bernardo Stamateas



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