miércoles, 22 de junio de 2011

SUSURROS DE AMOR Por Angelica Perez Ortiz

¿Por qué creer?
Una pregunta que estoy casi segura todo cristiano, creyente o practicante de una religión tiene.
¿Por qué o para qué creer? Sinceramente no pienso que es una pregunta ilógica, ridícula y mucho
menos mala. Es simplemente una pregunta que viene desde lo profundo de nuestro ser, una
chispa que comienza a quemarnos. Sólo nosotros tenemos la habilidad de permitir que nos
queme hasta formarnos en cenizas o nos endurezca como el hierro.
Yo creo en la existencia de un ser sobrenatural, creo que sí hay un creador y que Él formó este
mundo. Yo le llamo y le conozco como Dios, Jesús, Espíritu Santo...así se ha mostrado en mi
vida. Si es alto o bajo, blanco, negro o amarillo, delgado u obeso, hombre o mujer...eso no lo sé y
si te soy sincera, no le doy importancia.
Creo en Él como nunca he creído en nadie, sin embargo tengo que especificar el porqué. Es
probable que mis razones no varíen de las tuyas, pero son estas las que me permiten creer y creer
con firmeza, certeza y FE de que vivo y siento la verdad. Vivo tan enamorada de Dios por su
presencia en mi vida, porque el día en que le dije "Entra en mi corazón y haz como tú quieras."
lo hizo y se dejó sentir dentro de mi alma y espíritu de una manera especial y diferente. En la
iglesia me dijeron que fue "Mi encuentro personal con Jesús" yo digo que fue mi encuentro con
la verdad.
Yo no creo en el Dios de la Biblia, a ese Dios muy poco lo conozco. La Biblia, escrita por los
israelitas -"la nación santa"- está llena de sus tradiciones y costumbres, repleta de sus ideales y su
historia como pueblo. Gracias a esto, la Biblia se auto contradice, es confusa y es difícil de
entender. No solo esto, sino que es una traducción de milésimas y milésimas de años. ¿Cómo
estar seguro uno de lo que lee en este caso? Solo tu corazón y tu constante conexión con Dios te
permiten saber y discernir...sin embargo, esto no se logra de la noche a la mañana es un proceso.
Yo no creo en el Dios de las Iglesias, a ese Dios tampoco lo conozco bien. No creo en un Dios
que le interese más como me visto, me arreglo o hablo, si Él no juzga, entonces esto no le
interesa. No creo en un Dios que vive en corazones de gente hipócrita y avariciosa, gente
calumniadora y malvada. No creo en un Dios de banquillos que solo se vive entre cuatro paredes
y un techo.
Te cuento para que veas en el Dios que yo sí creo, que he podido conocer porque me olvidé de
las escrituras y los dogmas, me separé de los hombres y sus imperfecciones y lo busqué en mi
corazón. El Dios que conozco es verdadero y puro amor. A veces me "regaña" como un padreamoroso que busca el bien para su cría, pero no me amenaza de muerte ni de vicisitudes
incomprensibles. Dice que me prometió libre albedrio y así lo ha cumplido. Cuando sufro y paso
por situaciones difíciles no me dice que Él me las mando para que yo creciera, pero si me deja
saber que me harán mas fuertes y seré más sabia al final de ellas.
Cuando cometo errores me deja saber cuánto le duele y pago las consecuencias que estos
provocaran en mi vida, no un castigo sobrenatural y cruel enviado desde el cielo. Lo amo por lo
hermoso y maravilloso que es, estoy enamorada de Dios y no de la vida eterna, no tengo un afán
inmenso de asegurar un estadía en el cielo, tengo un afán inmenso de poder verlo cara a cara.
Leo ese libro al cual llaman Su Palabra buscando verdaderamente sus palabras y no las de los
hombres, sus consejos y no los de Salomón y lo he encontrado.
Está escondido, pero estos ojos sedientos por sus palabras las buscan con ferocidad. Vivo por Él,
con Él y para Él, no vivo por Él, con la Biblia y para la Iglesia...esa vida la dejé hace mucho
cuando me topé con el Dios real...el Dios en el que creo yo. El Dios que en que yo creo no se
limita por la cultura ni se rige por las costumbres...el Dios del que me enamore tiene mejores
cosas que hacer.
Entonces, si me preguntan porque yo creo, les sé contestar. No creo porque en Juan 3:16 existe
un verso hermoso que habla de su amor incomparable e inmenso. Tampoco por las elocuentes
prédicas de un hombre o mujer en el púlpito de una iglesia. Creo porque tengo un ser
sobrenatural que me pinta el cielo de colores todas las mañanas, un ser que me ha enamorado de
su verdad y no de lo que otros me han inventado, una persona que me levanta día a día para
regalarme lo mejor que queda por dar en este mundo...un ser que viene pronto y está deseoso por
ver la maldad de este mundo desvanecer.
Creo en ser, deidad, persona... ¡como lo llamen! ... que tiene un corazón como ningún otro en
este planeta... ¿Y tú, por qué crees?

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