jueves, 12 de mayo de 2011

En Mis Finanzas, Dios Tiene La Última Decisión

En Mis Finanzas, Dios Tiene La Última Decisión

Tal vez te has encontrada en alguna situación económica muy difícil aquí te dejo un testimonio.

En una ocasión tuve un problema financiero, fue entonces cuando recurrí a una institución financiera, para mi infortunio no logre conseguir el préstamo para solucionar mi problema.
Como otras alternativas recurrí a compañeros de trabajo, amigos y otras personas que quizás podrían ayudarme, el resultado de parte de todos ellos fue negativo.
Sin darme por vencido y hablando en sentido figurado, podría decir que “le di la vuelta al mundo”, sin embargo no encontré ninguna solución.
Había vuelto al punto en el que me encontraba en el principio, solo y con un gran problema.
Mi problema lo veía cada vez más grande, para empeorar mi desgracia estaba a punto de perder mi casa.
¿Qué hacer, que podría decirles a mis hijos?
Lo que mi mente no lograba comprender era que, la solución estaba más cerca de lo que yo creía, la respuesta era muy simple.
¡Recurrir a Dios!
En oración le pedí perdón a Dios, porque,  aunque ya le había contado mi problema, no había confiado completamente en Su Palabra.
Después de “darle la vuelta al mundo” y pedir ayuda de fuentes terrenales limitadas sin conseguir una respuesta positiva, comprendí que el único que sabía realmente de mi angustia era Dios.
Siempre lo había dicho, ¡Dios hace lo imposible!
Irónicamente, era yo quien no le permitía que lo hiciera, no fue sino hasta que me di cuenta que ya no había nada ni nadie a mí alrededor que pudiera ayudarme,  en ese preciso momento fué cuando levante mis manos al cielo y clamé a Dios.
Mientras clamaba a Dios, sentí que no era suficiente, así que me puse de rodillas; mientras estaba clamando de rodillas con la frente en el piso, volví a sentir que no era suficiente, postrándome como cuando un niño se tira al suelo, me aferre a Dios y le dije que no pararía hasta escuchar una respuesta positiva.
En mi angustia, seguía diciéndole a Dios que no pararía de clamar hasta escuchar un sí de parte de Él; para mi sorpresa  no escuche un sí; lo que sentí fue algo mejor. Si, fue algo mejor, mejor de lo que yo hubiera deseado escuchar.
Dios me hizo sentir el susurro de Su voz diciéndome: “NO TEMAS YO JEHOVÁ ESTOY CONTIGO”.
Al escuchar el susurro nerviosamente y en voz baja replique:
SEÑOR PERDÓNAME,  PORQUE ACUDÍ PRIMERAMENTE A OTRAS PERSONAS PENSANDO QUE ELLOS ME AYUDARÍAN, AHORA RECONOZCO QUE LA FORMA CORRECTA HUBIERA SIDO, PENSAR Y CONFIAR EN TI PRIMERAMENTE Y DESPUÉS DE TU APROBACIÓN ACUDIR A LOS DEMÁS, CONFIANDO EN QUE TÚ ME AYUDARÍAS A TRAVÉS DE  ELLOS.
Surge nuevamente el susurro: 
“HIJO NO TEMAS YO SOY TU DIOS, EL DUEÑO DEL ORO Y LA PLATA Y QUE NO HAY COSA QUE PASE EN ESTE MUNDO QUE NO SEA MI VOLUNTAD, TEN FE”
Hoy, gracias a Su misericordia y absoluta voluntad, vivo en la casa que estuve a punto de perder y que Dios me dio de vuelta, además mis problemas se solucionaron, ya no he perdido nada.
Ahora comprendo que lo único que Dios necesitaba de mi eran, el clamor y mi humillación. 
Dios me hizo comprender que lo más importante para Él, era que yo entendiera que solamente Él es Dios y que le diera su lugar como Dios Soberano.  
Oración
Bendito Dios que moras en las alturas, Tú que conoces a todos aquellos corazones que hoy viven preocupados por las deudas que hay que pagar, conoces a aquellos que están a punto de perder sus bienes, casas o negocios.
Enséñales Señor, de la misma manera que Tú me enseñaste a mí, que en lugar de recurrir primero a quienes no pueden hacer nada por ellos, que busquen primeramente Tú aprobación.
Enséñales a que reconozcan Tú poder y se vuelvan a ti en tiempos de angustia.
Señor perdónanos porque la mayoría de las veces hacemos todo lo contrario. Señor, yo sé que Tú eres Dios, yo sé que Tú eres capaz de hacer lo imposible,
Señor bendito, ahora mismo confieso victoria para cada uno de ellos, victoria que yo mismo he experimentado de Tú mano.
Gracias Dios porque no hay Dios tan grande como Tú.
En el nombre de tu hijo amado Jesús, ahora mismo recibo de Tus bendiciones.  
Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario